Memorable fin de semana en el Alto Narcea con centro de operaciones en Xedré y cuatro espectaculares rutas, dos montañeras y dos beteteras.
Ruta circular (en bici): Xedré – Vidal – Reconco – Monasterio – Xedré (14/11/2015)
Longitud: 40 km / Tiempo: 7:30 h (con paradas) / Desnivel positivo acumulado: 1525 m
Ruta circular (a pie): Genestoso – El Cabril – Chano los Bueyes – Genestoso (14/11/2015)
Longitud: 15 km / Tiempo: 7:30 h (con paradas) / Desnivel positivo acumulado: 1700 m
Ruta circular (en bici): Xedré – Riotorno – Moal – Tablizas – Xedré (15/11/2011)
Longitud: 38 km / 5 h (con paradas) / Desnivel positivo acumulado: 860 m
Ruta circular (a pie): Cueva Sequeras – Reguero El Infierno – Mina Álvarez (15/11/2015)
Longitud: 10 km / Tiempo: 5 h (con paradas) / Desnivel positivo acumulado: 450 m
Ruter@s: Rosa, Azu, Puri, Manuela, Noelia, Mariajo, Charo, Isa, Mone, Sandri, Araceli, Ángel, Javi, Rubén, Salva, Juaco, Adri, Jorge, Armando, Dani, Víctor, Felipe, David, Collar, Bernardino y Félix.
El sábado la expedición ciclista se enfrentó a una durísima etapa que nos llevó desde Xedré hasta los lagos del Alto de Reconco y las turberas de la Tsautsina donde nace el Narcea. Rodando por tremendas pendientes con el Caniechas a la vista pasamos por Piedrafita, Jalón, Riotorno, Vidal, las Brañas de Corbachón y la Fuente de las Tres Marías. Casi 20 kilómetros de subida dura y constante, primero por carretera, luego por pistas y finalmente por senderos de alta montaña nos pusieron a prueba. De los paisajes conquistados, qué decir: simplemente indescriptible. La posterior bajada hasta Monasterio fue trepidante. Tramos ultratécnicos se alternaban con pasos húmedos y con travesías boscosas a medida que perdíamos altura acompañando al Narcea desde su mismo nacimiento. Unos kilómetros finales por asfalto nos devolvieron a Xedré con la sensación de haber hecho una de las grandes rutas de la historia del club.
La delegación montañera salió de Genestoso para cubrir una potente y agotadora ruta en busca de los límites con el concejo de Somiedo. Cinco cumbres fueron cayendo según avanzaba una jornada agraciada con imponentes vistas que parecían ofrecernos, como si estuvieran al alcance de nuestra mano, desde Ubiñas hasta Picos. Las cumbres de El Cabril, El Cogollo, El Cogollo Cebolledu, Corros y el Chano los Bueyes fueron coronadas bajo un día espectacular de sol y perfecta temperatura al tiempo que disfrutamos de los hayedos preinvernales de los valles y faldas de la Cordillera.
A la noche, juntos todos, compartimos cena y experiencias en el Funsiquín rematando un sábado glorioso con la más hilarante y divertida sesión de pseudo-karaoke jamás vista a este lado de la galaxia.
El domingo salimos en bici de Xedré y subimos a Riotorno pasando por Portiecha. Por pistas forestales alcanzamos el alto de la Vatsina el Agua y la carretera que lleva a Vidal pero pronto la abandonamos para lanzarnos a un descenso emocionante por un bosque cerrado que nos llevó a los enclaves mineros de Pousada-Eiros. Desde aquí bajamos a Vega de Rengos e hicimos una parada cafetera en Posada de Rengos. Continuando ya por asfalto nos dirigimos a Moal y tomamos dirección hacia Tablizas por el valle del Río Muniellos. Alcanzamos la entrada de la Reserva Natural y allí nos entretuvimos un rato maravilladas por la exuberancia extrema que la Naturaleza sabe alcanzar cuando se la respeta. Regresamos por carretera hasta Xedré donde dimos un descanso bien ganado tanto a nuestras monturas como a nuestras piernas.
Y la parte del grupo que hoy no pedaleó se echó al monte para ejercer de senderistas y de espeleólogas. Completando una entretenida ruta por Mina de Álvarez y el reguero El Infierno coronamos la expedición con la entrada en la Cueva Sequeras. Equipadas con frontales y no poco valor disfrutamos de un recorrido de alrededor de medio kilómetro por las entrañas calcáreas de Asturias gozando de formaciones geológicas bellísimas, de la esquiva fauna de estos hábitats y de la sensación incomparable de visitar en interior de la Tierra. Acompañadas por Corral y Bernardino nos sentimos en todo momento seguras y completamos una experiencia muy emocionante y nueva.
Queremos dar las gracias a Adri, David y Ángel por su experto reconocimiento y guiado de las rutas ciclistas; a Corral y Bernardino por iniciarnos en el mundo de la espeleología; a la gente de El Funsiquín que nos acogió con tanto cariño y a Leonor, la xana de los frixuelos.
Y estruendoso aplauso a la incomparable Azu, que maquinó y llevó a la práctica lo que Wikipedia debería incluir en su base de datos como “finde perfecto”.