MINES DE TEXEO y PICO SANTIAGO (1.684 m), Concejo de Riosa-Sierra del Aramo

Distancia: 11,5 Km
Duración: 6:45 h
Desnivel: +1.284 m
Acceso: Desde Oviedo – AP-66 Pto.Pajares/León – Salida Alto el Caleyu- Argame-Salida Riosa-La Foz-La Ará-La Vega-
RI-6 Llamo
Itinerario: Llamo (528 m) – Poblado minero de Rioseco (629 m) – Mirador-1er nivel minas-Campa Texeu- 2º nivel
minas (bocamina)- Socavón de la Campa les Mines de Texeu (1.160 m) – Cuesta Cerezales -vega y laguna de Llazarandín
(1.640 m)- Pico Santiago (1.684 m) – Braña Rubio o Fondo de Vega –Cuaña Covariega (1.485 m)-Bosque de hayas de la
Matona- Llana Cimera – Camín de Felguera – Chichariego – Los Caleyos – Km 4 RI-6.

Componentes: Rosa, Mariajo, Mari Luz, Ana, Sonia, Cris, Rosana, Aida, Celia, Charo, Lourdes, Ana Carbayinos, Isa,
Mariví, Carmen, Isa Salgado, Vanesa, Gunilde y Marta
Invitados: Javi, Juan, Armando, Manuel y el pequeño Gonzalo

 

Esta vez las Una a Una nos desplazamos al cercano concejo de Riosa, concretamente al desconocido pueblo
de Llamo, en un entorno precioso de la vertiente oriental de la Sierra del Aramo, también gran desconocida, ya que,
normalmente, la entrada se suele realizar tanto por el Angliru como por la vertiente quirosana.
Nuestro recorrido partió del mencionado pueblo de Llamo, situado al sur del concejo de Riosa, tomando dirección S hacia
las milenarias Minas de Texeo (llamadas así por la cantidad de tejos/texos que había en la Sierra del Aramo),
consideradas las más antiguas de Europa.
La ruta de hoy tenía una parte cultural a cargo de nuestra compañera Rosana, con su pequeño ayudante Gonzalo, gran
apasionado de los minerales y otra de naturaleza montañera.
Esta primera parte, de gran interés por la arqueología minera, nos llevó a lo largo del recorrido de ascenso hasta el
poblado minero de Rioseco, lugar de residencia de las familias mineras entre los siglos XIX y XX, donde Rosana, gran
conocedora de la geología de la zona ya nos hizo una pequeña introducción.
The Aramo Copper Mines Ltd comenzó la construcción del Poblado Minero de Rioseco en 1892. Edificó 3 bloques de
viviendas para los mineros, un edificio donde se encontraba la fragua y una cuadra de caballerías, otro donde se
concentraron los servicios del poblado (bar, oficina y economato) y, alejado de todo ello para evidenciar las clases
sociales, la Casa del Director.
La explotación de las minas de Rioseco cesó en 1960 ante el desplome del precio del cobre y sus instalaciones fueron
abandonadas siendo rehabilitadas en parte posteriormente, como pudimos observar.
Dicha rehabilitación formó parte de un ambicioso plan turístico impulsado por el Consistorio para aprovechar la mina
prehistórica de Texéu, incluyendo, entre otros equipamientos, un aula de interpretación sobre esta y un museo sobre la
historia de la minería del cobre, siendo en 2011 rehabilitadas parcialmente varias instalaciones con un presupuesto de
unos 400.000 € gracias a los fondos mineros pero actualmente tan ambicioso plan pasó a mejor vida, con la vegetación
adueñándose completamente del entorno.

Continuamos la ruta por el lateral izdo del complejo, ascendiendo hasta el mirador instalado a la altura del Socavón de
Rioseco, con muy buenas vistas del Cordal de les Segaes, del valle y de las instalaciones que ante el abandono de los
poderes públicos que propiciaron su restauración volvían a quedar ocultas por la vegetación.
Retrocedemos de nuevo hasta el camino para irnos por la izquierda y comenzar el fuerte ascenso que en multitud de
revueltas, unas 52, nos llevarían hasta el piso 2º de las Minas de Texeu, pasando en algún punto del camino junto a los
restos del cable aéreo por el que bajaban el mineral en cagilones.
Al llegar al nivel 1º vadeamos una llamarga, situada a la izquierda del sendero para acceder a la bocamina, protegida con
una verja metálica y se ven restos de vagonetas en su interior
Luego, ya entramos en la Campa Texeu donde el sendero se difumina bastante, atravesándola en sentido ascendente hasta
alcanzar los restos de las instalaciones del 2º piso o nivel
Apenas andados unos 5 minutos, pasamos junto a una nueva bocamina, quizás en piso 3º, de menos entidad y nada más
pasarla seguimos un sendero a la izquierda que nos llevó al espectacular Socavón de la Campa les Mines, piso 4º, donde
después de introducirnos por sus galerías, de las que extraían el mineral, Rosana nos explicó tanto su descubrimiento
como su explotación, con la imprescindible colaboración de Gonzalo que nos ayudó a distinguir la azurita y la malaquita,
minerales que fue recogiendo durante el ascenso.
Según las investigaciones de nuestra compañera, la teoría más extendida era que Alejandro Van Straalen, director de las
minas de mercurio de La Soterraña (concejo de Lena), redescubrió las Minas de Texeo en 1888. Explorando el bosque se
percató del movimiento de las ramas de un árbol. Este balanceo fue provocado por una corriente de aire que salía de los
pozos verticales excavados por los hombres primitivos. Sin embargo, estudios recientes le otorgaban el descubrimiento a
Adrien Paillette, en 1846.
Los primeros vestigios de su explotación, cobre y cobalto, se remontan al neolítico, hace más de 4500 años.

 

Además, hizo hincapié en la morfología de la Sierra del Aramo, de paredes verticales que parecía que se te echaban
encima debido a la faya que existe, hablándonos también de los curiosos pilares, arcos y bóvedas labrados por los
mineros ancestrales con sus rudimentarias herramientas de las que disponían en aquellos tiempos prehistóricos.
Un poco más a la izquierda del socavón hay otra bocamina hasta la que no fuimos, encontrándose en sus cercanías la
mina de l´Arrebolleu y donde al igual que el Socavón de la Campa,  también se hallaron restos de explotación minera y
esqueletos  humanos de la época neolítica.
Acabada nuestra visita a las minas, el Grupo se dividió, una parte decidió regresar sobre sus pasos y el resto, nos
dirigimos hacia el Pico Santiago para realizar la ruta circular completa.
Desde el Socavón de la Campa les Mines seguimos un sendero casi que se distinguía a nuestra derecha en horizontal hasta
situarnos sobre la Campa Texeu, ascendiendo por la empinada cuesta de la Campa Cerezales hasta alcanzar el paredón
calizo que teníamos encima, cogiendo un sendero hacia la derecha poco antes de llegar a este que, iniciaba una travesía
horizontal por terreno mixto de pasto y roca, pasando por entre multitud de carrascos y texos, y con hermosas vistas hacia
el Cordal de les Segaes y el picu Arandanusas, realizando un último esfuerzo to pa riba para acceder a la bonita vega de
Llazarandín, desde donde ya divisábamos la cumbre que íbamos a ascender, justo al fondo y a la derecha de la vega,
pasando primero por delante de la pequeña laguna de Llazarandín, recrecida de forma artificial para sustentar de agua al
ganado durante el periodo estival.

Una vez en cumbre y con su bonito buzón “un hórreo” nos hicimos multitud de fotos con las maravillosas vistas que
teníamos a nuestro alrededor: pcos Xistras y Gamoniteiru, cumbres de la cordillera pertenecientes al concejo de Aller,
Picos de Europa a golpe de zoom, Oviedo, Valle de Turón, otras cumbres de la Sierra del Aramo…


Después de comer el bocata y un poco de descanso bien merecido pues el día estaba completamente despejado y lucía el
sol, iniciamos el descenso, con rumbo NNE para bajar a la Braña Rubio o Fondo de Vega, en busca del antiguo sendero
que utilizaban los vecinos de Felguera para subir al puerto. En Fondo de Vega giramos al E para descender hacia la
Covariega en busca del “paso” de la Cuaña Covariega, al que debíamos ir atentos y pegados a la arista pues estaba
bastante disimulado y a contrapié pero enseguida dimos con él y después de atravesarlo pasamos por un tramo de
descenso por el bosque de hayas de La Matona, rodeando el Cuetu Vidures.


Comenzamos un fuerte descenso realizando multitud de zetas que se hizo bastante pesado pero afortunadamente y al no
haber llovido durante toda la semana estaba todo muy seco y nos encontramos con un sendero bastante limpio, con lo que
enseguida nos plantamos en la Llana Cimera, bajando hasta el fondo, de donde salía una pista a nuestra izquierda, hacia el
pueblo de Felguera.

Después de bajar por la pista un rato, abandonamos esta que nos hubiera llevado a los pueblos de Felguera y Rodacaxil,
tomando un camino a hacia la derecha que parecía que estaba bastante cerrado pero solo era un poco al principio, el cual
nos llevó hasta las cabañas de Chichariego. Allí entramos en un prao con una cuadra por debajo del camino y seguimos la
traza de la canal de aguas, hacia Llamo, que va de los Gueyos de Llamo a Arroxines, pasando varias portillas con pasos
para no tener que abrirlas y así no se escape el ganao, por terreno algo embarrado hasta la cabaña de los Caleyos, donde
cogimos un camino a la izquierda que nos depositó en la carretera poco después del pueblo de la Cantera,
aproximadamente en el Km 4 RI-6, al lado de una gran nave de ganao, donde habíamos dejado el coche aparcado para no
tener que recorrer los 3 Km de carretera que faltaban hasta el pueblo de Llamo, dando por finalizada esta guapa y original
aventura montañera.