Conducidas por Charo hoy completamos una hermosa jornada de ciclismo en el oriente de Asturias con mar, monte y hasta un arrebato de espeleología en las cuevas de Cobijero. ¿Qué más se puede pedir? Empanada y cervecita, por favor.
Ruta circular: Celorio – Buelna – Cobijero – Celorio, (19/10/2014)
Longitud: 51 km / Desnivel positivo acumulado: 1070 m / Tiempo: 6 h (con paradas)
Ruter@s: Charo, Laura, Paula, Yoana, Puri, Noelia, Mariajo, Manuela, Olaya, Víctor, Javi, Jony, Rubén y Juaco
A las 10 de la mañana arrancamos en Celorio con la promesa de lo que parece será una magnífica mañana climatológica y deportiva. Cruzando la autovía buscamos el interior del concejo llanisco y subimos a Porrúa y La Pereda mirando de reojo los apetecibles e impactantes crestones del Cuera.
Un sinfín de rampas, ahora cementadas, ahora vírgenes, nos van llevando en dirección Este por Soberrón y San Roque del Acebal. Cruzado el arroyo La Mesa llegamos a un terreno más llevadero que dura apenas unos kilómetros. Cerca de Puertas de Vidiago rodamos entre bosques por un sube y baja interminable aunque, es de justicia admitirlo, hermoso y divertido.
Pasamos el río Purón y encontramos pistas de tierra anchas y un largo valle paralelo a la costa que nos deja en Carranzo. Aquí giramos hacia el Norte y nos dirigimos a Buelna. Espectacular la sorpresa que nos ha preparado Charo: las cuevas de Cobijero. Pertrechadas con frontales y linternas no dudamos en meternos en las tripas de la caliza cantábrica donde pasamos un rato increíblemente divertido y original.
De nuevo a la luz del sol retomamos nuestras bicis y con rumbo Oeste nos disponemos a copiar los requiebros de la costa en el camino de regreso. Pasamos por Pendueles y por la ensenada de Novales y, siempre siguiendo la senda costera, enseguida nos vemos en Andrín y Cué. La siempre bulliciosa Llanes nos ve pasar camino de Poo y el murmullo del mar nos acompaña de regreso a Celorio donde damos por concluida la parte deportiva y aventurera de este domingo.
¿A los coches y para casa? Ni hablar: nos espera una aplaudidísima y merecida comida de hermandad y buen humor que Charo nos ha organizado y que disfrutamos como dios manda.