Hoy hemos hecho un crucero a pedales por Gijón; una ruta larga y divertida con extensos tramos de alta dificultad y multitud de lances genuinamente beteteros.
Ruta circular en Gijón: Gijón – peña de los Cuatro Jueces – Gijón, (8/6/2014).
Longitud: 43 km / Tiempo: 4:30 horas / Desnivel positivo acumulado: 940 m.
Ruter@s: Manuela, Rosa, Puri, Natalia, Charo, Mariajo, Lorena, Noelia, Maite, Juan, Juaco, Javi, Rubén, Jhonatan y Félix.
10 de la mañana en la playa de San Lorenzo; cielo incierto pero prometedor; temperatura fresca y aumentando; pelotón numeroso y motivado. Apurados los cafés Rosa anuncia solemnemente que no piensa abdicar, así que en cuanto se ajusta los automáticos la imitamos y arrancamos tras ella. Galones de sargento para Manuela que dirige la ruta y grita “avante toda” en dirección SurEste. Desde la cota 0 subiremos al punto más alto del concejo gijonés.
Por el parque del Piles vamos saliendo de Gijón en dirección a la parroquia de Deva. Allí empiezan las dificultades montañosas del día. Subimos al alto de la Olla combinando pistas forestales con algún tramo asfaltado. Vamos gestionando pendientes duras en general con rampas extremas y tramos técnicos con cantos rodados de gran tamaño que nos obligan a afinar la trazada.
En el cruce de caminos hacia el observatorio de Deva tomamos la variante descendente y nos dirigimos a Caldones por carretera. Pasamos por Rioseco circulando a la sombra de los más hermosos bosques de robles del concejo gijonés y pronto nos enfrentamos a nuevas pistas forestales con porcentajes durísimos que nos deben llevar al alto del Conde de Revillagijedo (o monte de Llagón). Cuando la subida parece que va a terminar, hay otra, y cuando ésta quiere acabar, otra, y otra.
Llegamos al fin a la peña de los Cuatro Jueces, vértice donde coinciden los concejos de Villaviciosa, Sariego, Siero y Gijón. Dice la leyenda que aquí se reunían cada primavera los mandatarios de estas pedanías para tratar asuntos de lindes, comerciales o de disputas entre vecinos. Estamos 660 metros más altos que hace tres horas, cuando dimos la primera pedalada del día y llevamos poco más de 20 kilómetros rodados, media ruta. Pero no hemos terminado de subir.
Ahora nos desafía desde la distancia el alto de la Campa, con su poblado penacho de antenas y sus graveras de acceso de pendientes extremas. Allá vamos, que no se diga que las Una a Una fueron retadas y miraron para otro lado. Estamos a casi 800 metros de altura y durante unos kilómetros transitaremos por Sariego y Siero. Toca, aleluya, bajar.
Las pistas de descenso hacia Baldornón son una delicia: rápidas, por momentos técnicas y con el valor añadido de hacernos pasar por parajes muy hermosos que de cuando en cuando ofrecen vistas impresionantes sobre la bahía de Gijón. Terminado el descenso sin percances solo nos quedan media docena de kilómetros con sabor a triunfo que nos devuelven a la villa gijonesa. En la playa disfrutamos de un merecido bocadillo con cerveza y entre bocado y sorbo aplaudimos a Manuela por habernos planeado una ruta que viene en el diccionario de la RAE tras el epígrafe “perfecta”.