Memorias de África (VI): Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014; Quinta Etapa

Ruta Lineal: Aissa – Aetoffe (7/9/2014) (Etapa FRIOBAS)

Ruter@s: Rosa, Laura, Mariajo, Conchi, Paula, Mariví, Puri, Charo, Yoana, Manuela, Noelia, Ángel, Gonzalo, Felipe, Juaco, Víctor, Sabino, Jony, Juan y Félix

Longitud: 42 km; Desnivel positivo acumulado: 454 m; Tiempo (con paradas) 3 h

Fotos en la ladera de Los Dedos del Mono
Fotos en la ladera de Los Dedos del Mono

Hoy nos espera un ajetreo notable: ruta, desmonte y embalaje de bicis y unas 8 horas de autobús hasta Marrakech. Así pues madrugamos y a las 7 de la mañana estamos sobre pedales.

Recién salidas de Aissa rodamos unos kilómetros llanos mientras se va deshaciendo el frescor matinal y nos alcanzan los primeros rayos de sol. Un pequeño puerto (“repechín”, como lo llama Khallá) ayuda a darnos tono muscular y a ponernos calor en las piernas.

El cañón del Todra
El cañón del Todra

Rodando alegres nos metemos de lleno en las gargantas del Dadés y no damos crédito: a pesar de las mil y una maravillas que llevamos vistas Marruecos y el Atlas vuelven a dejarnos con la boca abierta, con el corazón en un puño, con el alma en llanto. La grandiosidad de esta naturaleza parece no tener límites; nos apabulla.

Salimos por un estrecho tajo cortado a plomo entre paredes verticales de casi 200 metros de altura. Esto impresiona. La oscuridad y la luz se van alternando a medida que la montaña nos devora y nos escupe, es una sensación desconcertante.

Misión cumplida
Misión cumplida

Ya en terreno más abierto volamos sobre el asfalto, jugamos, nos desafiamos en una sucesión de sprines con los que regalamos al gran Atlas las últimas fuerzas que traemos guardadas y nos detenemos en un promontorio desde el que se domina una vista espectacular. Ya dudamos si merece la pena o no sacar nuestras cámaras de fotos o simplemente confiar en la memoria para retener tanta magia.

A nuestros pies la carretera serpentea formando revueltas que bajan abruptamente hacia el valle donde daremos por concluida la parte deportiva de esta aventura. Bajamos con cuidado, atentas a no estropear ahora con una caída esta semana increíble. Al fondo, junto al río Dadés, nos esperan el camión y el todoterreno. El equipo Una a Una al completo desea ofrecer esta meta final a Trek Morán cuyo soporte técnico, mecánico y logístico fue decisivo y vital.

Saliendo de la garganta del Dadés
Saliendo de la garganta del Dadés

Esto se acaba, la mezcla de sentimientos nos supera, el álbum de recuerdos está repleto hasta la última esquina de la última página. Hacemos una reverencia a nuestras máquinas y las embalamos aún rebozadas por el polvo rojo del Atlas.

7 horas a bordo de un cohete con ruedas gobernado por un piloto de rallys frustrado nos devuelven a Marrakech donde disfrutamos de una buena ducha y de una divertida cena en un elegante local junto a uno de los zocos más animados, bulliciosos y multiculturales de África.

Así son los puertos asfaltados del Atlas
Así son los puertos asfaltados del Atlas

Al ritmo alienante de los tambores tribales, entre encantadores de serpientes, vendedores de extraños manjares, de adornos, de especias… cruzamos por última vez la gran plaza de Yamaa  el Fna. En el taxi de regreso al hotel hacemos un intento final y desesperado por comprender siquiera alguna de las normas que rigen el tráfico de esta ciudad sin igual; es en vano.

Suerte África, hasta la vista.

El club Una a Una agradece su apoyo y dedica está última etapa a Friobas, colaborador y patrocinador esencial para llevar a cabo con éxito estas Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014.

Memorias de África (V): Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014; Cuarta Etapa

Ruta Lineal: Imilchil – Aissa (6/9/2014) (Etapa TOSCAF)

Ruter@s: Rosa, Charo, Manuela, Noelia, Mariví, Conchi, Laura, Yoana, Paula, Mariajo, Puri, Sabino, Juan, Jony, Felipe, Víctor, Juaco, Ángel, Gonzalo y Félix

Longitud: 95 km; Desnivel positivo acumulado: 1270 m; Tiempo (con paradas): 10’5 h

Equipo, equipo, equipo
Equipo, equipo, equipo

Se avecina un día duro: muchos kilómetros, mucho calor y mucha altura. Será la etapa reina de nuestro raid. Montamos en nuestras bicis a las 7 de la mañana con la idea de acabar no muy lejos de las 7 de la tarde.

En los primeros 15 kilómetros incluso pasamos algo de frío según remontábamos el curso del Assif Melloul que dibuja, como todos los ríos aquí, un estrecho trazo verde en medio de un paisaje calcinado y estéril. Con el sol a nuestra espalda rodamos por pistas de tierra y comenzamos la serie de tres puertos seguidos que nos martirizarán durante 30 kilómetros.

Fichaje local para Una a Una
Fichaje local para Una a Una

Vemos muchos rebaños de ovejas y algunos de dromedarios y nos maravilla que puedan conseguir aquí algo de sustento. Los pastores siguen observado nuestro paso silenciosos y seguramente intrigados.

La última subida, de unos 6 kilómetros, se hace durísima y los efectos de la altitud nos pasan factura. Más o menos a media etapa coronamos el collado de Tizi N`ouanou. El altímetro dice que estamos a 2900 metros de altura sobre el nivel del mar; es el punto ciclable más alto de nuestra aventura y queremos dedicar su conquista a Chechu Rubiera, padrino de estas Pedaladas Solidarias y buen amigo de Una a Una.

Los colores de África
Los colores de África

Aquí haremos el avituallamiento de hoy, y mientras damos cuenta de nuestros bocadillos y nos hidratamos ocurre lo impensable: un indígena surgido de la nada roba una de nuestras bicis y corre como un demonio con ella a hombros ladera abajo. Khallá sale tras él a toda velocidad y varias de nosotras le imitamos. Nuestro guía le recorta rápidamente distancia y en cuanto lo tiene a tiro empieza a arrojarle piedras. En medio de la confusión y de la escena de histeria que se ha formado vemos como el intruso abandona la bici en el suelo y desaparece entre unos riscos.

Unos minutos después descubrimos que el ladrón era nuestro conductor Abdhulá y que todo fue una broma tramada por Sabino y genialmente interpretada por nuestros guías. Tras el susto inicial pasamos uno de los momentos más divertidos de la semana.

El rey de los puertos
El rey de los puertos

Superada la crisis del ladrón de bicicletas Khallá nos sugiere alcanzar los 3000 metros de altura del pico Aghen Bou N`ouerz, y pará qué decir que aceptamos encantadas el reto. Bajo un sol inmisericorde trepamos la pendiente pedregosa y observamos desde arriba tal maravilla que muchas no pudimos sino emocionarnos: los cañones del Dadés y el Todra. Cuesta imaginar algo más grandioso que lo que ahora estamos viendo. Y dedicamos esta cumbre a la Junta Provincial Asturiana de la AECC.

Empezamos entonces una bajada inolvidable que durante 10 km nos satura la vista con increíbles estampas de barrancos abismales y montañas desoladas. La luz, los colores, nos abruman. Queremos bajar deprisa para disfrutar de nuestras bicis; queremos bajar paradas para no perdernos ni un detalle de este lugar mágico.

Vamoooooos
Vamoooooos

Impresionadas, en estado de shock sensorial, recorremos las últimas decenas de kilómetros del día y vamos llegando a Aissa donde pernoctaremos en una kasbah bereber y sentiremos durante unas horas cómo vive este pueblo milenario que se ha ganado nuestra admiración y respeto.

Antes de la cena Abdhulá nos propone probarnos los trajes típicos de la región pues en la kasbah hay una buena colección de ellos. Todas las chicas se ven geniales y de entre los chicos acordamos que es a Juaco a quien mejor sienta la ropa bereber. Abdhulá desafía a Yoana y a Juaco a salir a dar un paseo por el pueblo caracterizados de bereberes, y allá que se van. Poner un pie en la calle y que niños y mayores empezaran a llorar de risa fue todo uno. No entendíamos a qué tanta hilaridad hasta que una niña del poblado gritó señalando a Juaco; “¡chica, chica!”. El inefable Abdhulá nos la había vuelto a jugar: había vestido a Juaco de mujer y ni por un momento nos dimos cuenta.

El gran Abdhulá
El gran Abdhulá

Entre risas cenamos y entre risas nos fuimos a dormir distribuyéndonos más o menos al azar por las tres habitaciones de la kasbah que compartimos con una muestra bastante representativa de la fauna menor local.

Una a Una se enorgullece de poder dedicar esta etapa maratoniana a Cafés Toscaf, cuyo compromiso con Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014 nos ha inspirado y llenado de fuerza para llevarla a buen término.

Memorias de África (IV): Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014; Tercera Etapa

Ruta Circular: Vuelta a los lagos de Msadrid (5/9/2014) (Etapa ELYTE)

Ruter@s: Rosa, Manuela, Paula, Mariví, Puri, Yoana, Mariajo, Charo, Noelia, Conchi, Laura, Jony, Gonzalo, Felipe, Sabino, Juaco, Víctor, Juan, Ángel y Félix

Longitud: 28 km – Desnivel positivo acumulado: 250 m – Tiempo (con paradas): 3’5 h

Nuevo día de deporte y compromiso en el Alto Atlas
Nuevo día de deporte y compromiso en el Alto Atlas

Tras dos días muy duros (muchos kilómetros, poco sueño) agradecimos hoy una etapa tranquila sin apenas pendientes ni dificultades técnicas que nos llevará por algunos de los enclaves más sorprendentes del Parque Natural del Alto Atlas Central.

Khallá nos preparó un recorrido circular pasando por los dos lagos de la comarca, dos gigantescos oasis en medio de un altiplano desierto. Salimos de Imilchil en dirección Norte y tras unos 6 kilómetros de carretera avistamos el lago Tislit (lago de la novia). Con casi un kilómetro cuadrado de extensión esta laguna con forma de riñón da cobijo a varias especies de peces y de patos y posee un fino cinturón verde de unos pocos metros de ancho que la rodea y separa de la aridez extrema del entorno.

Llaneando tranquilos al principio de la etapa
Llaneando tranquilos al principio de la etapa

Rodeando el lago, casi tocando sus aguas limpias y muy transparentes, giramos en dirección Este y por pistas de polvo y piedra recorremos unos 8 kilómetros que nos llevan al lago Iseli (lago del novio) más del doble de grande que al anterior y con forma circular.

Dice la leyenda que las lágrimas de dos enamorados formaron estas lagunas, pues él y ella, pastores de las montañas, no podían estar juntos al pertenecer a tribus enfrentadas. Se ve que él lloró bastante más, pero entre el uno y la otra nos legaron esta maravilla natural de un impacto visual inolvidable.

Día para rodar en pelotón
Día para rodar en pelotón

Desandamos parte del camino y giramos hacia el Sur. En medio de un páramo desolado sin rastro de vegetación encontramos algunos asentamientos bereberes y no deja de asombrarnos cómo la tenaz especie humana arraiga incluso donde parecería imposible.

La bajada de los lagos nos lleva por un barranco grandioso, bellísimo, con paisajes desnudos de vida aunque llenos de fósiles marinos que nos hablan desde un pasado remoto en que estas montañas que hoy se elevan a más de 2000 metros de altura fueron entonces el lecho de un océano.

Grande Ángel; el expreso cangués
Grande Ángel; el expreso cangués

Al fondo de la imponente quebrada vemos la serpenteante línea verde que dibuja el Assif Mellou y admiramos la osadía de este hilo de agua que durante millones de años ha horadado la roca para crear tanta belleza. No hay descanso para nuestra retina ni para nuestras cámaras de fotos.

Terminado el descenso retomamos el asfalto y regresamos a Imilchil impresionadas por todo lo visto y felices de haber podido darles una tregua a nuestras piernas antes de la terrible batalla que nos espera mañana.

Paisajes inolvidables
Paisajes inolvidables

Como hoy hemos estado pocas horas en ruta tenemos toda la tarde para revisar nuestras bicis y para perdernos por los rincones de la villa, capital de la milenaria tribu Ait Hadidou. Los niños del pueblo salen a nuestro encuentro, nos cogen de la mano y pasean con nosotras. Nos piden sin cesar golosinas y bolígrafos.

Muere la tarde y nos despedimos de nuestros nuevos amigos; algo de ellos permanecerá para siempre en nosotras, algo de nuestra alma se quedará para siempre en este lugar.

Una a Una agradece a Elyte su valiosísimo apoyo al proyecto Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014 y quiere dedicarle esta tercera etapa.

Memorias de África (III): Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014; Segunda Etapa

Ruta Lineal: Tagoudite – Imilchil (4/9/2014) (etapa BORINES)

Ruter@s: Rosa, Yoana, Noelia, Paula, Manuela, Charo, Conchi, Puri, Laura, Mariví, Mariajo, Juan, Víctor, Gonzalo, Sabino, Ángel, Juaco, Felipe, Jony y Félix

Longitud: 77 km – Desnivel positivo acumulado: 1510 m – Tiempo (con paradas): 8 h

El equipo Una a Una Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014
El equipo Una a Una Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014

Como ayer, desayunamos a las 6 de la mañana y a las 7 empezamos a pedalear. Está despejado y las estrellas van desapareciendo a medida que la luz solar se desborda desde las montañas de Jebel. Durante 20 kilómetros fuimos ganando altura poco a poco acompañadas del río Aqua N`ouyid cuyas aguas corren en sentido contrario a nuestra marcha.

Todo es grande en el Atlas, y lo que más: nuestras chicas
Todo es grande en el Atlas, y lo que más: nuestras chicas

Tras un par de amagos en forma de puertos no fáciles pero sí llevaderos y no demasiado largos, nos enfrentamos a un coloso de 15 kilómetros llamado Tizi N`inouzane digno de cualquier carrera profesional europea.

Ciclistas de altura
Ciclistas de altura

Aunque la etapa de hoy discurra mayoritariamente por carretera no hay peligro de que esto le reste espectacularidad. No merece la pena intentar describir los paisajes que vamos viendo, así que los despachamos con una sola palabra: alucinantes.

Coronado el gigantesco N`inouzane a más de 2200 metros de altitud, nos enfrentamos a un fuerte y divertido descenso que nos puso a los pies del río Aqua N`ouirghane, el primero que vemos correr en nuestro mismo sentido de avance, lo que nos anuncia que hemos cambiado de vertiente y por tanto entramos en la mitad Sur del Atlas.

Por el altiplano del Atlas Central
Por el altiplano del Atlas Central

A media bajada nos reencontramos con nuestro convoy de asistencia (camión y todoterreno) y hacemos una parada para comer. Desde el negro basalto al blanco cal no hay un solo tono de amarillos, rojos, ocres y grises que no esté presente en las majestuosas montañas que nos rodean. La brutal luz del mediodía del Atlas extrae brillos y dibuja sombras en las laderas que nos hipnotizan. No hay adónde dirigir la vista sin sentirse abrumadas por una naturaleza tan formidable.

Afrontamos los últimos 30 kilómetros del día que en bajada, aunque con dos repechos muy considerables de por medio, han de llevarnos a Imilchil, el pueblo natal de nuestro guía Khallá y el núcleo urbano más pujante de la comarca.

Naturaleza increible
Naturaleza increible

El alojamiento de Imilchil está francamente bien, y tras unos mimos a nuestras monturas y una ducha curalotodo Khallá nos deja al cuidado de su hermano quien nos hace un entretenido paseo turístico por el pueblo explicándonos las particularidades del lugar y de sus gentes. Es día de mercado, así que una actividad frenética hace vibrar esta población y nos sumergimos en un tórrido caldo de olores y colores y en el caótico tráfico que abarrota sus callejas de camiones, motos, asnos, coches, peatones, bicicletas, carros… y otros artefactos móviles de difícil catalogación.

Seguimos inmersas en el sorprendente universo bereber para cuyos pobladores somos una especie de extraterrestres llegadas quién sabe de dónde, quién sabe porqué. Y desde aquí enviamos un abrazo fuerte y la dedicatoria de esta etapa a nuestros amigos de Borines que han contribuido sobremanera a estas Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014.

Memorias de África (II): Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014; Primera Etapa

Ruta Lineal: MideltTagoudite (3/9/2014) (etapa ADARSA)

Ruter@s: Rosa Puri, Paula, Laura, Manuela, Charo, Mariví, Conchi, Mariajo, Noelia, Joana, Ángel, Víctor, Jony, Juan, Felipe, Juaco Gonzalo, Sabino y Félix.

Longitud: 91 km – Desnivel positivo acumulado: 1730 m – Tiempo (con paradas): 9’5 h

Un equipo, un proyecto, una aventura
Un equipo, un proyecto, una aventura

Nos levantamos bastante antes del alba pues nos espera una cantidad incierta (pero muy grande) de horas sobre las bicis. Quien más, quien menos, todas llevamos casi una semana sin pedalear, de modo que el día se presenta amenazante.

A las 7 estamos en ruta y cruzamos la vega de Midelt serpenteando entre casas humildes y huertas. Serán unos 10 kilómetros llanos que nos hacen entrar en calor y nos van alejando de los espacios habitados. Vemos salir el Sol y comenzamos a subir, casi imperceptiblemente al principio.

Superado el circo de Jafaar la vida reaparece
Superado el circo de Jafaar la vida reaparece

En torno al kilómetro 25 estamos inmersas en una pelea descarnada contra un puerto larguísimo de pistas empedradas y polvorientas y contra un sol inclemente que dispara la temperatura. Empezamos a ver jaimas donde pasan muchos meses al año las familias de pastores bereberes. Nos sobrecogen las durísimas condiciones de vida de estas gentes, de estos niños que salen a nuestro paso y nos ven alejarnos sin comprender quiénes somos y por qué queremos meternos en su infierno… paraíso… país.

La subida se hace larga pero al fin coronamos un collado y vemos la recompensa: el imponente Circo de Jafaar, un horno lunar con una belleza sobrecogedora. Bajamos una pista rápida y alcanzamos la ladera Sur del Jafaar donde aparecen, como una alucinación, gigantescos árboles centenarios torturados por el viento y el sol. No hay palabras para explicar el impacto visual.

Un poco de diversión
Un poco de diversión

Tras unos kilómetros de sube y baja comenzamos un nuevo ascenso, no tan exigente como el primero, que nos deja en el kilómetro 50 donde empezamos a alternar algunos breves tramos asfaltados con sendas de montaña. Volvemos a descender para reunirnos con el río Touraa it Moussa, cuyo cauce acompañamos durante un buen rato observando la devastación causada por las recientes inundaciones que han arrasado las pocas carreteras y pistas que permiten cierto grado de comunicación entre los pueblos de la comarca.

El todoterreno que nos acompaña y con el que nos reunimos cada 15 o 20 kilómetros (a bordo nuestros ángeles de la guarda: Khallá y Abdhulá) se queda atrapado en un lodazal y Una a Una fue por un momento patrulla de rescate. Avanza la tarde, y como cada día aquí, el cielo se cubre y amenaza tormenta. Conseguimos sacar el todoterreno del hoyo que excavaran sus ruedas justo cuando empieza a tronar y el cielo se vuelve negro. Estamos en medio de un cauce de montaña, en un paraje semidesértico, justo antes de una tormenta: el peor lugar imaginable, como atestiguan las caras de preocupación de nuestros guías.

El futuro del pueblo bereber
El futuro del pueblo bereber

Salimos airosas del apuro y escapando de la lluvia por los pelos vamos subiendo por la garganta del Moussa observando admiradas las formaciones rocosas que flanquean nuestra ruta. Espoleadas por la cercanía de la meta, y también de la tormenta, llegamos al fin a Tagoudite casi a las 5 de la tarde y tomamos posesión de este poblado bereber donde nos relajamos, al fin, hasta la hora de la cena.

Un ingenioso dispositivo parecido a una ducha y tres estancias que podríamos acordar llamar habitaciones son nuestro descanso del guerrero. Más revueltas que juntas, más orgullosas que cansadas, nos retiramos a dormir. Mañana será otro día, otra aventura.

De momento Una a Una triunfa en el Atlas y dedica esta primera etapa a Adarsa, cuya colaboración con Pedaladas Solidarias Trans-Atlas 2014 agradecemos y nos anima a seguir dando lo mejor de nosotras.

Memorias de Àfrica (I)

Ya estamos en Àfrica. Tras un vuelo sin contratiempos Marruecos nos recibiò con calor. Rematamos el lunes sumergidas en el encanto esquizofrènico de Marrakech, perdidas en su zoco entre mil colores, mil aromas exòticos (no todos glamurosos) y un millòn de cachivaches llamativos.

Hoy martes tocò madrugar y afrontar un largo viaje por carretera repartidas entre un microbùs conducido por el Fernando Alonso del Magreb y un todoterreno. Tras ocho horas viajando en direcciòn Este llegamos a las faldas del Atlas en la ciudad de Midelt.

Montar las bicis y resolver algunos contratiempos con nuestras màquinas nos tuvo entretenidas hasta la hora de cenar. El pròximo dìa despuès de hoy (en este teclado no està la letra esa con un palito sobre la n) nos espera una durìsima jornada. Toca pedalear, pero lo haremos con ganas, (hay hambre de bici).

A ùltima hora del dìa se ha desatado una tormenta, ha llovido y hasta granizado. Arrancamos.

Vacaciones de verano

Que descansen, que bien ganado se lo tienen
Que descansen, que bien ganado se lo tienen

 

Con la llegada de Agosto Una a Una entra en período vacacional. Durante este mes el club no organizará rutas oficiales aunque algo de actividad habrá (como la visita a Somiedo durante el fin de semana del 16 y 17 en el que haremos un par de salidas incluida la subida a la romería del Lago del Valle).

Comoquiera que la primera semana de Septiembre Una a Una estará recorriendo el Atlas en el Proyecto Solidario Contra el Cáncer Trans-Atlas 2014, no será hasta mediados de Septiembre cuando retomemos la organización de nuevas rutas.

Feliz verano a tod@s.

Desafío Gijón-Ubiña 2014 (II)

Con mucho estrés en las piernas por los kilómetros realizados ayer, madrugamos en Riospaso para jugar el segundo tiempo de este duro y singular partido.

Una a Una en el puerto de la Cubilla por segunda vez en 16 horas
Una a Una en el puerto de la Cubilla por segunda vez en 16 horas

Ruta circular: Riospaso – La Cubilla – Casa Mieres – Peña Ubiña – Riospaso, (27/7/2014).

Longitud: 57 km  /  Tiempo: 9 horas /  Desnivel positivo acumulado: 1700 m.

Ruter@s: Rosa, Manuela, Mariví, Noelia, Luz, Maite, Javi, Sabino, Juaco y Juan .

Cumbre de Peña Ubiña
Cumbre de Peña Ubiña

 

A las 8 de la mañana estamos listas para la guerra. Nos espera de nuevo el puerto de La Cubilla, un gigante catalogado en muchos manuales de ciclismo como el puerto más largo de España: 28 kilómetros, a los que hay que restar unos 10 que ya hicimos ayer, pero añadir más o menos lo mismo por el trayecto betetero que nosotras haremos desde su cima hasta la base de Peña Ubiña.

El primer plato del menú serán media docena de kilómetros “pestosos” (que diría Perico) que nos llevan hasta Tuiza. Aquí la carretera gira 180 grados a la izquierda y quién sabe cuántos hacia arriba, comienza la zona más canalla y cruel del día.

Paso extremo en la aproximación a Peña Ubiña
Paso extremo en la aproximación a Peña Ubiña

La pendiente media es del 7% pero pronto nos topamos con un tramo al 10% que nos castiga sin piedad. A 6 kilómetros de cima encontramos una zona de relativo descanso que nos oxigena las piernas. Hasta arriba no habrá más tregua. Dos sufridas horas después de dar la primera pedalada del día vamos llegando, cada una a su ritmo, al alto de la Cubilla. Hemos ganado unos 1000 metros de desnivel.

Risas, fotos y plátanos protagonizan un breve descanso que nos permiten reagruparnos antes de tomar de nuevo las bicis camino de Casa Mieres. Praderías, sendas y alguna gravera nos acercan a la base de Peña Ubiña (la grande), reto final de esta aventura polideportiva a la que Una a Una se enfrenta anualmente.

Con los amigos del refugio de Meicín
Con los amigos del refugio de Meicín

Atentísimas a cada indicación y consejo de nuestros doctores de la montaña, Juan y Juaco, y de nuestra catedrática, Rosa, vamos encaramándonos por la arista Sur-Oeste de Peña Ubiña y pasado el mediodía tocamos su cumbre y disfrutamos de los 2417 metros de altura sobre el nivel del mar conseguidos.

Y ya solo queda rematar estos dos días intensos de naturaleza y deporte con un responsable ejercicio de prudencia, primero para destrepar de Peña Ubiña y después para descender con nuestras BTTs hasta Tuiza a través de las impactantes pendientes de la vega de Meicín sanas, salvas, cansadas y felices.

Desafío Gijón-Ubiña 2014 (I)

Por segundo año Una a Una cruza Asturias de Norte a Sur, de sus costas a sus cumbres, combinando ciclismo y escalada, deporte y aventura, sacrificio y recompensa.

En la Escalerona
En la Escalerona

Ruta lineal: Gijón ­– Noreña – Mieres – Campomanes – La Cubilla – Riospaso, (26/7/2014).

Longitud: 111 km  /  Tiempo: 12 horas (con paradas)  /  Desnivel positivo acumulado: 2400 m.

Ruter@s: Rosa, Conchi, Mariví, Luz, Noelia, Mayte, Charo, Juan, Juaco y Sabino.

Con la moral bien alta
Con la moral bien alta

 

A las 8:30 de la mañana ya estábamos las Una a Una haciéndonos la foto de salida en el paseo de San Lorenzo, no tanto por coquetería como por darles tiempo a la cafeína y a la croissantina a mostrar sus virtudes. Con rumbo Sur nos dirigimos al alto de La Madera cuyo asfalto bautizamos con nuestros primeros sudores del día.

Ahora el perfil de la ruta se vuelve más benévolo al apuntar a la primera meta volante del día: Noreña. Con la aguja de la gasolina marcando tres cuartos de depósito y con los visados en regla superamos la aduana fronteriza entre los concejos de Siero y Langreo y seguimos rodando cara al sol (con perdón) hasta empezar a pisarle la puntera de los zapatos a la Cordillera Cantábrica.

Alto de La Cubilla
Alto de La Cubilla

El alto de La Gargantada, Rioturbio, Figaredo y Lena nos ven pasar con ritmo ágil pero guardando fuerzas para el último tramo del día. En Campomanes nos detenemos a comer y a partir de este punto las pendientes crecen al afrontar la primera parte del puerto de La Cubilla. No obstante el olor a meta cercana nos estimula y nos ayuda a tramitar las últimas pedaladas del día que nos llevan a Riospaso.

Y ése era el plan hasta que, ya en Riospaso, decidimos dar otra vuelta de tuerca y seguir camino de Tuiza. Y en Tuiza, como no, camino de cima. Nos esperan, nos llaman, 13 kilómetros terribles.

La Cubilla es un enorme exprimidor que hace bien su trabajo: un reguero de zumo de ciclista va mojando el asfalto a medida que conquistamos metros, y las hermosas vistas que ganamos sobre el valle del río Huerna o sobre los crestones del Parque de las Ubiñas-la Mesa apenas suponen un consuelo.

Niebla en la cima de La Cubilla
Niebla en la cima de La Cubilla

Mediado el puerto todos los platos menos uno, todos los piñones menos uno (quizá dos) son un lastre, un peso muerto que arrastramos montaña arriba y cuyo uso ni nos planteamos. Tras un sinfín de requiebros la carretera se endereza y apunta al Sur durante dos interminables y durísimos kilómetros antes de girar bruscamente hacia el Norte y nuevamente hacia el Sur. Estamos ya en la amplia Z final con la que se corona el coloso.

Con espíritu borbónico (llenas de orgullo y satisfacción) divisamos entre la niebla el cartel de cima: Puerto de la Cubilla, 1683 metros. Pasan de las siete de la tarde cuando emprendemos la retirada hacia Riospaso.

6 concejos y 111 kilómetros que ya son Pretérito Perfecto. Mañana conjugaremos el Futuro Incierto con otra temible ascensión a La Cubilla y la escalada hasta los 2400 metros de Peña Ubiña. Pero ahora estamos entregadas al Presente Contemplativo: yo descanso, tú te relajas, ella se recupera, nosotras cerveceamos, vosotras merendáis, ellas cenan.

Rutas del Buitre y la Salamandra

Por segundo domingo consecutivo Puri asumió el timón de Una a Una y preparó una ruta inédita y bellísima que partiendo de Oviedo combina las sendas del Buitre y de la Salamandra.

Puri, Laura, Maite, Marina y la espalda de Manuela
Puri, Laura, Maite, Marina y la espalda de Manuela

Ruta circular en Oviedo: Oviedo – San Claudio – Siones – Oviedo, (20/7/2014).

Longitud: 39 km  /  Tiempo: 5 horas (con paradas) /  Desnivel positivo acumulado: 872 m.

Ruter@s: Puri, Marina, Laura, Maite, Manuela, Juan, Jony, Juaco y Félix.

Esperando por el tren
Esperando por el tren

 

A las 9:30 de la mañana nos ponemos en marcha en Trek Morán y salimos de Oviedo por San Lázaro de Paniceres. Bajamos por Villamar y llegamos a San Claudio donde iniciamos la subida a Sendín y nos desviamos hacia Priorio. Aquí comienza una rapidísima bajada por una carretera estrecha que nos deja en Las Caldas.

Marina y el Paraíso Natural
Marina y el Paraíso Natural

En la iglesia de San Juan Bautista (Caces) afrontamos la subida a Siones. Serán casi 4 kilómetros de pendientes constantes cercanas al 5% y que nos hacen entrar en calor. Tras un corto descenso la ruta apunta de nuevo hacia arriba llevándonos a Las Carangas y por pistas cada vez más exigentes hasta Buseco.

Ahora empieza la Ruta del Buitre cuyo punto más alto coronamos rodando bajo un imponente palio de castaños y avellanos y superando rampas de gran porcentaje. Pero aquí la senda se vuelve impracticable. Zarzas, helechos y tojos bloquean el paso y nos obligan a portear durante un kilómetro hasta encontrar un paso franco por el que bajar de regreso a Siones.

Homenaje a los mecánicos que hoy trabajaron a destajo
Homenaje a los mecánicos que hoy trabajaron a destajo

Buscamos entonces el comienzo de la Ruta de la Salamandra y subimos por un senderito técnico de pendiente moderada que con rumbo Norte nos deja en el alto de Bustiello inmersas en un bosque viejo donde hayas, y carbayos comparten protagonismo. Llaneamos durante unos kilómetros y vemos al fondo la Sierra del Naranco y el mismo Oviedo.

Y ante nuestras narices aparece un desafío de primer orden: una bajada extremadamente técnica que pone en un platillo de la balanza nuestra querencia por las emociones beteteras y en el otro nuestro instinto de salir sanas y salvas del lance. Fuertes escalones de piedra calcárea, piedras sueltas del tamaño de pelotas de baloncesto y pasos húmedos y resbaladizos hacen que primemos nuestra seguridad personal y nos aconsejan que porteemos durante alrededor de un kilómetro hasta superar esta barranquera suicida y llegar a El Valle.

Puri haciendo amigos
Puri haciendo amigos

De nuevo sobre nuestras monturas terminamos un descenso que nos deja en Fuso de la Reina donde tomamos la Senda Verde que nos devuelve a Oviedo con un buen saldo de kilómetros y horas de ciclismo bueno en nuestras piernas.

Grandísimo trabajo de Puri para Una a Una primero explorando, luego encajando piezas y finalmente guiando una de las rutas más originales, atrevidas y espectaculares de la temporada.